Esta reflexión sobre la aventura de ser docente resulta del análisis personal y los comentarios de mis compañeros, además de la lectura que siempre nos aporta cosas valiosas para mejorar nuestra práctica como profesores.
Como menciona Esteve en su artículo, el ensayo y el error es fuente que orienta procesos de mejora, ésto siempre que nos dispongamos a aprender de nuestros errores.
Recuerdo bien que en un inicio - debo aclarar que tengo pocos años de docencia- el hecho de estar frente al grupo, además de temor, me generaba cierta atracción por dar a conocer mis propias ideas y dispersarlas como verdad. poco a poco y gracias al grupo, descubrí el valor de enfrentar mis propias ideas, acepté que cada cabeza es un mundo y que todos podemos escucharnos.
Esta experiencia me traslada o mejor dicho, hace más fácil el tránsito del maestro que "cree saber todo" por la persona que facilita procesos de aprendizaje. Es en este punto en el que reflexiono sobre mi práctica, sobre los jóvenes, sobre los avances científicos y tecnológicos, y en una sociedad de constantes transformaciones.
El hecho de escuchar y realmente -disponerse a escuchar- me ha abierto la puerta para comprender mejor a mis alumnos, ya no me enojo tan fácil y trato de entenderlos, ya no dicto ni doy ordenes y trato de cuestionarlos para que juntos construyamos aprendizajes significativos.
Mi aventura de ser docente me revela nuevas veredas que estoy listo para conocer.
Se aceptan sugerencias.